Viajar, el mejor curso para emprender
Conociendo a muchas personas emprendedoras y teniendo en cuenta mi propia experiencia, me doy cuenta de que viajar (de forma libre, con mochila, como experiencia y aprendizaje vital) te dota de las herramientas y habilidades necesarias para trabajar por tu cuenta. Es un máster en sí mismo, para desarrollar una cultura emprendedora.
¿Qué cualidades viajeras pueden serte útiles para emprender?
Gestionar el miedo: todo viaje por cuenta propia tiene, antes de comenzar, esa mezcla de mariposas en el estómago y temblor en las piernas. Saber respirar y gestionar esas emociones es vital, saber detectar cuándo el miedo se está inventando pensamientos atemorizantes o cuando idealizas el destino… que nada tiene que ver con lo real.
Si vas a emprender, una de las primeras cosas que tienes que aprender es a gestionar el miedo y la incertidumbre.
Relacionarse con gente diferente, desconocida: comunicarte y conectar profundamente con gente con quien no compartes un idioma común fortalece tus herramientas comunicativas y la empatía, te hace saber que nada es imposible.
Desinhibirse y entablar conversaciones con naturalidad, interesarse por las vidas y realidad de otras personas, respetar formas de ser y hacer diferentes… es justo lo que vas a necesitar al relacionarte con tu clientela y tu red de colaboración.
Emprender en soledad es harto complicado (y aburrido), así que mejor rodéate de una red colaboradora y amiga con la que impulsar proyectos ilusionantes. Aunque estés solo/a, nunca en soledad.
Ese último autobús del día que no llega al caer la noche, en mitad de la nada, en esa ciudad que no conoces… se trata de improvisar sin desesperar.
Durante el emprendimiento vas a encontrarte con situaciones variadas que requerirán de ti una dosis de improvisación y paciencia.
Adelantarse a posibles circunstancias y reponerse de los imprevistos con actitud positiva y sabiendo que «todo sale siempre» es una cuestión clave en los negocios consolidados o incipientes, y también para el intraemprendimiento en organizaciones más grandes.
Adaptarte a climas diferentes, comidas nuevas para ti, entender otros paradigmas de pensamiento y mirar tu cultura con perspectiva crítica. La adaptabilidad de la que hablamos tiene que ver con tolerar nuevos escenarios, abrir la mente a las experiencias desde una actitud de flow, aprovechando la serendipia.